Luego de recibir mi segundo diagnóstico de cáncer, me di cuenta de que lo único que hacía era pelearme contra la vida.
Los sentimientos no sanados de mi infancia, las supuestas reglas que debía seguir para ser “exitoso” y mis hábitos, me estaban matando.
Solo cuando dejé morir al “Carlos del pasado”, que gracias a Dios se lo llevó el cáncer, empecé a vivir. Me di cuenta de que mi verdadero enemigo era mi “ESTILO DE VIDA”.
A partir de allí, comprendí que el secreto de la felicidad no estaba en el dinero, sino en la mentalidad con la que enfrentas tu día a día y por eso, me propuse crear un proyecto que ya está iluminando la vida de miles de personas en Latinoamérica, basado en la ingeniería de la felicidad, reconociendo que esta se construye a través de un sistema de hábitos diarios que TODOS podemos seguir.
Mi mayor logro no fue construir una empresa millonaria en Europa, sino tomar las riendas de mi vida y TRANSFORMARLA.